Pedro
Cintas Rodriguez. La Albuera (Badajoz). 1976 . Cantaor
Nacido
un 22 de julio y criado en el seno de una humilde familia de trabajadores del
campo. Pedro Cintas es hijo y nieto de cantaores aficionados, ha escuchado
flamenco desde que tiene uso de razón, cantando desde muy niño en reuniones
familiares.
Como otros
muchos principiantes, encontró en los concursos la posibilidad de despuntar y a
ello dedico su empeño cuando comenzó en los albores del año 2000, periodo en el que se hace con la “Silla de
Oro” de La Fortuna (Leganés), la “Uva de Oro” de Jumilla (Murcia), los premios
nacionales por tonás y seguiriyas, fandangos y malagueñas, y ferreñas de Lo
Ferro (Murcia) o el Primer Premio en Arcos de la Frontera (Cádiz), entre
muchísimos -hasta 31- de menor importancia.
En
septiembre de 2010 llega el cenit de su carrera como participante en festivales al hacerse con
el Premio Nacional Antonio Mairena. La
repercusión del galardón Mairenero - uno de los dos más importantes a nivel
nacional, si nos atenemos a la auténtica realidad de estos eventos- da
visibilidad para el público más exigentes, a un cantaor como los de antes,
alejado de las modas cercanas a otras músicas que imperaron en el flamenco de
los últimos 30 años y que fue el detonante para que otras organizaciones fijaran
su atención en el pacense.
Así
Lucena le adjudicó su Premio Nacional de Fandangos al día siguiente, Sanlúcar
le dio el Primer Premio de la XXXI edición de las Noches de Bajo Guía y en
Badajoz -su tierra- los Premios Nacionales de Jaleos Extremeños y Cantes
Generales “Porrina de Badajoz”.
No
obstante, el valor más en alza de Pedro Cintas como artista es el grado de
responsabilidad y compromiso que tiene para con su oficio. La altísima competencia
existente en un mercado saturado de propuestas mediocres pero aceptadas como
notabilísimas y oscuramente “maltratado” en lo puramente flamenco, obliga a
todos los que tienen amplitud de miras a hilar muy fino en cada paso que den.
En este sentido,
Pedro Cintas ha examinando el contexto de cada periodo y, en base al análisis
resultante, ha ido fijando unos objetivos a cumplir que ha ido alcanzando
cabalmente, dejando además en quienes han confiado en sus posibilidades
artísticas una opinión semejante: gran cantaor y gran persona.
Ese posicionamiento firme y riguroso le han llevado a compartir cartel -sin pasar desapercibido con muchas figuras contemporáneas: Juan Peña “El Lebrijano”, Curro Malena, Antonio Núñez “Chocolate”, Fernando “Terremoto”, Miguel Poveda, La Macanita, El Pele, Carmen Linares, Luís “El Zambo”, José Mercé, José Menese, Chano Lobato, Pansequito, Aurora Vargas, Calixto Sánchez, José de la Tomasa, El Cabrero, y un largo etc.
Tras
el éxito de Mairena, en estos últimos años, Pedro Cintas ha estado terminando
de gestar formalmente su propuesta. Ha crecido como conocedor de cantes e intérprete
personal, ha buscado el hueco donde posicionarse y ha creído conveniente que
era el momento de comenzar un nuevo periodo artístico: el de entrar en un
estudio de grabación para empezar a dejar para la posteridad su aportación
discográfica a este arte.